Esta vida pública está tan embrutecida que una declaración de amistad entre adversarios puede ser considerada una traición. Borja Semper dijo el lunes que tiene un cáncer y un rato después Gabriel Rufián le llamó amigo y le deseó mucha fuerza. El intercambio sería el normal entre humanos que comparten espacio pero como el espacio que comparten Semper y Rufián es solo físico y no ideológico, el apelativo se convirtió enseguida en una ofensa para los camaradas de ambos y su amistad en una temeridad impropia de tiempos de ordinariez y sal gorda. Los políticos están entrenados en escenificar conflictos que muchas veces desaparecen al entrar en la cantina del Parlamento pero hay momentos en los que el matón del colegio se impone y arrastra a personas inteligentes a la pelea en el barro.

Antes de la declaración de amistad de Rufián a Semper ha habido otros humanos con temperamentos ideológicos opuestos y voluntades afectivas coincidentes. La socialista Meritxell Batet se casó y hasta procreó con José María Lasalle, cachorro de FAES y ex diputado del PP en el Congreso, en donde coincidió con la expresidenta de la Cámara. Matrimoniaron en el 2005 bajo titulares que decían: «Diputada del PSC se casa contra uno del PP».

Parece que hoy sería imposible una boda así. La muestra está en First Dates, el ensayo clínico más veraz de las emociones de los tiempos, en donde varios comensales han abortado cita al encontrarse en la mesa con uno de los otros. presentador de la cosa, contó que el programa decidió no emitir un encuentro entre un tipo del PP y otro de Podemos. «La situación fue indomable», reconoció el vasco sin entrar en detalles. Si nos los hubiese contado quizás nos hubiésemos encontrado con una premonición.